La visión se desarrolla en
el sentido evolutivo, en fases y en un orden bien determinados hasta la
madurez, en constante interacción con el entorno y otras funciones del
organismo.
Desde
el nacimiento hasta los tres meses de vida. Al nacer el niño es sensible a la
luz, presenta una agudeza visual casi nula, pero suficiente según sus
necesidades de integración.
A partir de la cuarta semana se observa la
aparición del reflejo de fijación de un objeto dentro del campo visual y la
evolución del reflejo de fusión y coordinación ocular, es capaz de seguir un
objeto en movimiento dentro de su campo visual.
Es una etapa monocular en la
que se debe dar la misma opción de estimulación a un ojo y al otro.
Desde los 3 meses hasta
1 año entra en
juego la manipulación y la locomoción. El niño empieza a coger objetos, a los
cuales prestará atención durante muy pocos minutos, o bien intentará llegar a
ellos primero arrastrándose y después gateando, esto le va a permitir utilizar
los dos lados del cuerpo y los dos ojos de forma coordinada. Esta locomoción
implica coordinación y control neurológico, motor y visuomotor.
hacia los 6 meses, los
ojos empiezan a trabajar los dos a la vez (etapa binocular), los ojos se
alinean y empiezan a mirar simultáneamente el mismo objeto, el niño hace
ensayos calculando las distancias y mejora todos los movimientos oculares con
el gateo.
De 1 a 3 años, la visión madura igual que la
organización neuronal. El niño mantiene un equilibrio más preciso entre el lado
derecho y el lado izquierdo, delante y detrás. Se consolida el patrón
contralateral.
De
3 a 6 años se
desarrolla completamente toda la visión, la percepción del espacio visual
orientado, el esquema corporal, la lateralidad y direccionalidad.
A los 6 años se acaba el
desarrollo de las capacidades visuales, la agudeza visual habrá ido aumentando
aproximadamente hasta el 100%. Se ha adquirido la coordinación motriz entre los
dos ojos, la percepción del espacio en tres dimensiones, la capacidad de
enfoque así como el resto de las habilidades visuales, el niño deberá estar
preparado para enfrentarse a las exigencias escolares, que son eminentemente
visuales.
Desde los 6 a los 12
años, tiene lugar
la madurez del sistema visual. En esta etapa se debe consolidar una visión
eficaz, que irá ligada con el buen rendimiento escolar.
No nacemos viendo si no
con la capacidad de aprender a ver, y la madurez visual va ligada al resto de
maduración motriz y neuronal.
Habilidades Visuales
Las habilidades visuales nos proporcionan la capacidad
de ver nítidamente y sin cansarnos. El sistema visual necesita unas destrezas
que permitan al niño una visión nítida, confortable y eficaz a cualquier
distancia y durante largos periodos de tiempo.
En la siguiente tabla se muestran las características más relevantes de las deficiencias cromáticas congénitas y adquiridas
Deficiencias cromáticas congénitas
|
Deficiencias cromáticas adquiridas
|
Están
presentes en el nacimiento (se identifican a los 3 meses)
|
Se
manifiestas después del nacimiento
Visión
del color previa normal
|
El
tipo y la gravedad de la alteración cromática es la misma a lo largo de toda
la vida
|
El
tipo y la gravedad de la alteración cromática cambia con el tiempo
|
El
tipo de deficiencia puede clasificarse y diagnosticarse con facilidad
|
No
es fácil clasificarlas
|
Ambos
ojos son afectados por igual
El
examen binocular es adecuado
|
Diferentes
grados de afectación en ambos ojos
Resulta
necesario un examen monocular
|
Agudeza
visual normal (excepto en monocromatismo)
Campos
visuales normales
|
Reducción
de la Agudeza visual
Defectos
en el campo visual
|
Predomina
:deután/protán/tritan
|
Predomina
el tritan
|
Más
frecuente en hombres
|
Presentes
en la misma proporción tanto en hombres como en mujeres
|
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